martes, 6 de julio de 2010

Voy y vengo....

Es genial cuando salís de terapia y empezas a caminar, yo no se si es porque tenés la mente más desarrollada y abierta que en otros momentos, pero se maneja un nivel de sutileza en el pensamiento que hasta puede llegar a marearte, uno hace las mejores asociaciones libres.
Mientras caminaba para mi casa me di cuenta que en muchos momentos me paraba para ver cosas simples, comparaba colores de árboles, miraba como un niño hacía berrinche a su madre porque no tenía ganas de sostener ni un segundo más la mochila de power ranger que tenía sobre los hombros, paraba en una verdulería solo porque me gustaban como estaban exhibidas las verduras y las frutas y entraba para jugar con mi cabeza que me tentaba más comer por como estaba puesto todo, si el sector frutas o el sector verduras….
¿Qué es lo que más te comerías en este momento? ¿Todas las frutas o todas las verduras?.
Obviamente era una pregunta boba y jamás tenía interés por la respuesta final.
Saliendo de la verdulería que estaba en mitad de una cuadra muy arbolada en una zona muy barrial, pasé por una casa, en verdad era un departamento en planta baja con ventana a la calle con rejas separadas y la pared del edificio era de unas piedritas que si pasas rápido el brazo te puede raspar o si te quedas mucho tiempo apoyada te deja unos puntitos en la piel, tipo marca.
La ventana de la casa empezaba a la altura de mis hombros, estaba casi toda abierta, pero con la persiana apenas subida, pero lo suficiente como para poder espiar que había una tele encendida y una vieja con un vestido azul de flores muy lindo sentada en una silla, sola tomando mate y mirando una telenovela.
No me detuve mucho tiempo ahí, quizás solo 5 minutos y seguí caminando. Me puse a pensar en si yo en le futuro seré una vieja que mira telenovelas, me deprimió la idea, imaginé a una chica pasando por la calle y espiándome dentro de unos 50 años por la ventana de la misma manera que lo estaba haciendo yo.
Algo de la vejez me da vergüenza, algo de necesitar de otros me pone incómoda, algo de mirarme al espejo y ver la piel arrugada y verme como una pasa de uva me hace mal, me pongo triste, sentir que las cosas quizás se acaban me da dolor de panza.
Pero sin embargo mis abuelos son una de las cosas que más amor me despiertan así que me dio cierta ternura recordar a la vieja de las telenovelas, no era del todo depresivo (igualmente si lo volvía a pensar, la idea de ser yo esa vieja me daba pánico y rechazo absoluto), después por esas cosas de asociación libre post terapia me cuestioné si llegaba a hablar con la vieja y le preguntaba sobre Rosa Salvaje ¿sabría contestarme algo? ¿Sabría de qué le estaba hablando? ¿Sabría que Verónica Castro era la protagonista?
Por mi parte amo el recuerdo que tengo de esa telenovela, amo recordarla a ella vestida de pibe que vive en la calle, amo recordar como se subía al paredón lleno de rosas, el plano de su cara sucia, simulando tierra con sus ojos celestes y una lágrima corriendo en su mejilla.
Ohhhh...son imágenes inolvidables.
Me acordé del día que me agarré a trompadas en el country con una compañera de la primario, era mala, muy mala ella…Anabel, el nombre lo dice todo, todas le teníamos un montón de paciencia pero llegó un momento ese día en el country que colmó nuestra paciencia y yo en defensa de las niñas y de los padres que también la odiaban actué.
No recuerdo bien por que es que finalmente terminé de cansarme de sus actitudes y detrás de un árbol de moras delante de todos los padres y de todas las chicas, le encajé la piña más hermosa y mejor pegada del mundo, hubieron tiradas de pelos, y cuerpos llenos de verde pasto, mi falsa violencia era incontrolable y la estaba disfrutando como loca, mis pelos lacios estaban todos revueltos y todos observaban atónitos la pelea sin ningún padre metido en el medio para separarnos. La pelea fluyó, hasta que en un momento mi papá se me acerco y nos separó.
Me sentí bien, realmente me sentí bien, había hecho justicia por muchos. Papá enseguida hizo que me suba al auto…solo recuerdo a la mamá de Luciana mi amiga felicitándome por la pelea callejera que tuvimos en el country La Martona.
En medio de todo mi recuerdo de mi única e infantil pelea me llegó un mensaje de texto.
Era de "X"
"X" es amigo mío y tiene novia, pero a veces nos vemos, creo que le gusto, y aparte me quiere.
Tenemos buen sexo y nos sentimos cómodos estando juntos, y me da a entender que quiere hacer un trío conmigo (¿?).
Siempre me dice que le gusta mucho todas las cosas que le hago y que nunca nadie se las hizo, y me abraza y me dice que se divierte cuando me ve y que soy única y que lo hago reir y que le encanta la libertad sexual que "supuestamente" tengo.
Yo me pongo a pensar si seré buena sexualmente o es sólo la falta de experiencia de él.
¿Cómo se puede comparar el nivel de genialidad sexual de cada uno?

Debería existir un medidor, que cuando pases por al lado de alguno, te marque del 1 al 10 el grado de genialidad sexual.

Acá el recuerdo de Rosa Salvaje.

http://www.youtube.com/watch?v=8nL83_uC1A0&feature=PlayList&p=E39D5AA3386D5DD3&playnext_from=PL&playnext=1&index=65

1 comentario:

Divinina dijo...

¿Alguien sabe como poner el link de youtube y que te aparezca directamente el video?

Osea, soy nueva ne esto y media torpe parece....